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lunes, 26 de marzo de 2018

Acción popular




Si hay algo digno de elogio en el tabarrón catalán, más allá de la actuación del juez instructor y del llorado Fiscal General Maza, es el papel jugado por VOX como acusación popular. No hay más que recordar, lo más reciente, cómo instó a la Sala del Tribunal Supremo a mantener la prisión incondicional para el presunto enfermo Forn cuando la propia fiscalía, siguiendo instrucciones del Gobierno, pretendía su puesta en libertad: la ausencia de una acción popular en ese trance hubiese supuesto, en virtud del principio acusatorio que impera en el proceso penal, la inmediata puesta en libertad del golpista.

Reconforta, pues, la buena salud de una figura procesal que tiene muchos detractores-el inefable tertuliano Marhuenda el más beligerante de esa banda-entre todos aquellos que no han entendido muy bien que por mandato constitucional la justicia emana del pueblo, y qué hay más popular que unos ciudadanos que, desconfiando siempre del poder político que todo lo ensucia, se organizan para instar la acción de la justicia. Defender lo contrario, pretender la eliminación de esta figura, es entender la justicia como una tertulia política. Nada más.

viernes, 23 de marzo de 2018

El soldado desconocido




Era Spengler el que decía que al final era un pelotón de soldados el que salvaba la civilización. Es sentencia certera que admite matices: en España, lugar ya sin épica de clase alguna, puede ser un pelotón de soldados, incluso un solo hombre cargado de buena voluntad, el que salve los restos del naufragio, pero a última hora siempre vendrá chusquero, funcionario para más señas, a dar las órdenes oportunas para que la ingrata tarea del héroe anónimo caiga en saco roto. Pero siempre nos quedará la imagen del héroe, con eso no podrán.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Sin ley




Con la izquierda de este país, normal o extrema es indiferente, se cumple aquello del arte de la política, una martingala que consiste en buscar problemas, encontrarlos y, tras hacer un diagnóstico falso, aplicar los remedios equivocados. La banda podemita, por medio de ese cráneo privilegiado que es Echepenique, ha encontrado la solución para que los manteros no mueran por causas naturales aunque en un principio se diga que han sido liquidados por la policía: despenalizar esa forma de piratería con la que aquellos que llegaron en patera van sorteando el sueño español.

En primer lugar, sorprende que todavía haya gente que compre discos o películas, siendo bienes de muy escaso valor que todo el mundo se agencia con las tarifas planas de Internet. Otra cosa son las camisetas de fútbol, zapatillas deportivas y otros productos de marca ful que el personal adquiere con la finalidad de dar el pego ante amigos y conocidos, hazaña que muchas veces se logra sin gran dificultad. Sí que llama la atención que este líder comunista  no haya ido más lejos en su descaro y haya solicitado que a todos los manteros se les conceda la nacionalidad española por carta de naturaleza, no en vano el hispano-argentino ya conoce la generosidad patria a la hora de otorgar nacionalidades y otras prebendas.

No obstante, las sandeces de este apparatchik-tan español en el fondo-no dejan de resultar una especie de justicia poética que no admite paños calientes: es el gobierno de la nación, con algún meapilas subalterno, el que acoge a los manteros en centros de internamiento hasta que, vencido el plazo máximo de esa medida cautelar, los suelta en las grandes ciudades mientras hace hueco-el eterno retorno-para recibir a los nuevos que lleguen a nuestras costas. Todo esto, y sin hurgar mucho, no es más que un obsceno reparto, nunca mejor dicho, de papeles.

lunes, 19 de marzo de 2018

Con estos bueyes



Nunca me gustó Sociedad Civil Catalana, siempre me pareció algo poco de fiar promocionado por gente demasiado acomodada. Ayer, con menos asistentes de los esperados y en una manifestación que contaba en primera línea con firmes defensores de la inmersión lingüística, tuvieron la ocurrencia de soltar a esta speaker tan peculiar, tan graciosa y, por qué no, tan equidistante. Así estamos, y con estos bueyes hay que arar.

viernes, 16 de marzo de 2018

Memoria del comunismo




El problema es que en España no le perdonaban las muertes de la retaguardia y, fuera de ella, Moscú mandaba una barbaridad. Lo importante es lo primero, porque de ello dependía tener noticia de la mayor atrocidad del sistema comunsita contada precisamente por un jefe comunista. Y cuando tras el éxito de su libro llega a Roma para apoyar la campaña electoral contra el PCI de Togliatti, El Campesino tropieza con Cortés  Cavanillas, de ABC y otros corresponsales. Antes de la rueda de prensa, Valentín González le pide disculpas a uno de ellos porque los suyos le habían fusilado a un familiar, y el corresponsal lo manda a freír espárragos. Las crónicas del ABC son devastadoras. Del libro, ni caso. Solo duras consideraciones sobre el carácter de pícaro y barbián de Valentín, como si la denuncia del Gulag no tuviera tanta importancia como la Guerra Civil. Lo trataban como si se hubiera inventado aquel infierno para sacar dinero, que es lo mismo que decían los soviéticos.

Si la derecha no entendió bien la naturaleza del comunismo antes de la guerra, once años después de terminada seguía sin enterarse. ¡Bastantes checas hemos tenido en España-se lee entre líneas-como para que nos cuentes tú, precisamente tú, cómo son las de Rusia! Y sin embargo, debió pasarse de lo particular a lo general. La consecuencia de no hacerlo fue que, como vimos a propósito de Paracuellos y Fernández dela Mora, la guerra se convirtió en una peripecia familiar, sin alcance ideológico. Y eso ha durado los cuarenta años de franquismo y los cuarenta de democracia.

martes, 13 de marzo de 2018

La permanente discusión




El destino ha querido que el último crimen mediático-el asesinato de un niño a manos de una mujer-coincida con el debate sobre la prisión permanente revisable, con las fuerzas de progreso dispuestas a barrerla y el máximo intérprete de la constitución deshojando la margarita del recurso que en sus manos un día cayó. En buena ley, no debería ese tribunal declarar incompatible con la carta magna y su espíritu una pena que admite revisión, incluso una cadena perpetua pura y dura tiene encaje constitucional, pero no estamos ante un órgano jurisdiccional normal sino ante un cuerpo extraño que se mueve entre los otros poderes de una democracia poco, o nada, representativa.

En cualquier caso, y dado que todos los próceres de esta democracia parecen estar de acuerdo en que no se debe legislar en caliente, bueno sería que, aparcada cualquier legislación al uso y siempre apresurada en un marco ya muy saturado de leyes, se consultase al pueblo soberano sobre la permanente revisable, y hasta sobre la no revisable. Aunque eso sería acercarse peligrosamente a una democracia representativa, algo para lo que un régimen que se estructura desde arriba hacia abajo no está preparado ni dispuesto. Por ello, visto lo visto, mejor que no nos legislen, ni  en frío ni en caliente. Así tampoco quedará nada por interpretar.

viernes, 9 de marzo de 2018

Día de resaca



Ayer fue el día de ellas.
Hoy es el día de ellas.
Mañana será el día de ellas.
Siempre lo ha sido y siempre será el día de ellas.
Siempre nos alegran cuando estamos tristes, cuando tenemos problemas.
Nos proporcionan noches maravillosas, y sí, a veces nos dan un poco de dolor de cabeza.
Pero con tantas otras cosas buenas, nunca podemos estar sin ellas.
Así que sólo hay una cosa que decir:
¡¡¡Gracias CERVEZAS!!!

miércoles, 7 de marzo de 2018

Pelillos a la mar



El País Vasco era un tierra que ha tenido una falta de libertad
que ya hemos superado. Pelillos a la mar.

Javier Maroto, vicesecretario de Política Social y Sectorial del PP.

lunes, 5 de marzo de 2018

La paga



Hace unos días, en una de esas reuniones sabatinas que mantiene con lo más granado de su partido y en las que muestra su lado más campechano mediante el ardid de esconder la corbata en el armario, el presidente del gobierno trataba de levantar el ánimo de su parroquia mediante el desglose de lo que él considera grandes logros de su gestión. Soslayando un poco la cuestión catalana, que no está la cosa para tirar cohetes, Rajoy alabó los miles de kilómetros de alta velocidad ya tirados y los que se seguirán tirando, una política puesta en entredicho por los expertos pero que demuestra que Keynes goza entre los populares de más predicamento que Hayek, lo normal en un partido que se define por lo que no es, ni conservador ni liberal.

Acto seguido, y para contener la marea de pensionistas que amenaza con asaltar palacios de invierno y hasta de verano y en consonancia con la querencia por la subvención, el gobierno promete un cheque de cien euros mensuales para los mayores de ¡ochenta años! Se pretende así compensar los gastos adicionales que conlleva la vejez, aunque en el fondo, y volviendo a la hazaña del AVE, se pretende que los abuelos se gasten esa paga en viajar por las florecientes vías por las que discurren unos trenes que nadie tiene en la Europa más industrializada. Nunca es tarde para viajar, y rápido. Y pensar que Fuigdemont se largó en un coche…