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lunes, 30 de octubre de 2017

A divertirse



Decía Lafargue que al día siguiente de la revolución habría que pensar en divertirse. Y eso es lo que han hecho los rebeldes catalanes tras la falsa proclamación de una república que, como esos fetos inviables, ya nació muerta. Se proclamó y todos se fueron de fin de semana, empezando por Puigdemont, que tiró para su Gerona natal a tomarse un aperitivo rodeado de devotos. Y como él, uno tras otro, todo el resto de una camarilla que ni siquiera fue capaz de votar dando la cara, como si el gobierno de la nación fuese a proceder contra ellos por algún tipo penal de ésos que, como dice el Fiscal General, son muy complicados de probar. Acabáramos.

Los que no se tomaron fiesta y siguieron al pie del cañón fueron las gentes de TV3, quienes sabiendo que el Gobierno no los había intervenido continuaron con la fiesta de la república, así que emitieron las palabras de Puigdemont mientras le seguían dando el tratamiento de President, quizá animados por las palabras de Méndez de Vigo, el locuaz portavoz de la cosa, referentes a que el Gobierno vería con buenos ojos que el destituido se presentase otra vez a las elecciones. Y luego nos cuentan que el 155 sirve para reponer la legalidad en Cataluña, cuando lo que se busca es reponer lo mismo que había, o algo muy parecido. Días de gloria y diversión se avecinan, y TV3 nos lo contará.

jueves, 26 de octubre de 2017

Todos los primos



Pocas imágenes atesoran más y mejor la categoría de metáfora que la de unos Jordis eufóricos subidos encima de un coche de la Benemérita. Esa fotografía, que a la postre y junto con otros clamorosos indicios ha llevado a la cárcel a la pareja inseparable, ha sido el clímax del proceso separatista, pero también de la posible reacción contra una sedición en toda regla, el fin de fiesta que presagia una terrible resaca. 

A partir de esa noche, el independentismo no ha hecho otra cosa que rodar y rodar por la pendiente hasta el día de hoy, o de mañana, cuando Puigdemont se la envaine, diga nones a una declaración de independencia y convoque unas elecciones autonómicas que, posiblemente, aúpen a su compadre Junqueras a la poltrona que él dejará libre y expedita. El precio a pagar, obviamente por los no nacionalistas, y esto es lo peor, será volver a meter el dichoso 155 en el polvoriento cajón del que nunca quisieron sacarlo. En el camino quedarán el mensaje del Rey, la gran manifestación del 8 de octubre y la ingenua sensación de que por fin algo podía cambiar, y a fondo, en un régimen corrupto: la melancolía, y con ella la peor nostalgia, la de añorar lo que nunca jamás sucedió. No parece que en esta historia sean los Jordis los únicos primos. Al menos a éstos les han dedicado unas camisetas.

lunes, 23 de octubre de 2017

Escraches



Días atrás, y guardando cierta relación con el prusés catalán y sus efectos colaterales, Mónica Oltra, mandamás de la Generalidad Valenciana, sufrió un escrache. Ya dijo Pablo Iglesias, cuando estas prácticas las sufrían las gentes de orden, que el escrache era el jarabe democrático de los de abajo. Y algo de cierto hay en esa máxima, pues los que se apostaron frente al domicilio de Oltra eran diez o doce fascistas valencianos pertrechados con una bandera nacional y el Viva España del ya eterno Manolo Escobar. Porque el fascismo son los de abajo, la clase media baja y obrera  que no se levanta los emolumentos de la señora y su casta. Aunque visto el aspecto habitual de Oltra y el escaso número de fascistas allí congregados, bien puede decirse, en  términos penales, que aquello no pasó de una tentativa absolutamente inidónea, que siempre quedaría impune. Todo lo demás son ganas de enredar.

miércoles, 18 de octubre de 2017

La respuesta



Es muy posible que la tan esperada respuesta del rebelde Puigdemont sea de esta guisa, como la misiva que un niño de la Costa Brava-publicada, cómo no, por el diario del Conde de Godó-envía al Presidente del Gobierno. En fin, Sr. Rajoy, que no moleste usted más a los catalanes, grandes y chicos, padres y niños, todas y todos. ¿Habrá otra prórroga para saber si el rebelde ordenó el código rojo? El mundo en vilo a la espera de las medidas del Presidente.

lunes, 16 de octubre de 2017

Un lunes más



Andaba el pueblo emocionado con este lunes atípico: que si Puigdemont diría que sí, que proclamó la república, que si en justa reciprocidad se aplicaría el 155 y hoy mismo se cerraba TV3, que si Trapero y los Jordis dormirían en prisión, que el Mayor hasta iba de paisano y los barbudos con mochila por si las moscas...Al final el lunes resultó como todos los lunes, una cosa anodina que pasó, o casi ha pasado, sin pena ni gloria, por lo que todo salió según lo previsto, que bien puede resumirse en una nueva versión de la gracieta de antaño referida al Real Madrid: ¿y Trapero qué, otra vez campeón de Europa?

Y es que resulta tan extravagante el delito de sedición, que un ropón examina los indicios de su comisión, los considera sólidos, le pide opinión al fiscal y le dice al reo que se vaya a comer y que vuelva dentro de un rato, a ver qué hago con usted. ¿Y qué hace su señoría? Pues no jugarse la carrera, darle suelta con retirada del pasaporte y decirle que vaya a verla cada quince días, de paisano o de uniforme, como le venga en gana. Sostienen los optimistas, para justificar la libertad y no la prisión provisional, que en todo caso la sedición ya se ha consumado, por lo que no cabe hablar de reiteración delictiva, pero uno se pregunta si entonces no estamos ya en la antesala de lo otro, que es la rebelión.

Son los mismos optimistas que hasta hace bien poco decían, y siguen diciendo, que para esto no hace falta el 155, que es una cosa muy farragosa, sino el Código Penal. Pues ya lo ven, no parece que la sedición esté en ese texto legal: ni está ni se le espera, como aquel general del único golpe-o autogolpe- de Estado que hemos conocido. Porque lo de Cataluña parece un golpe pero no lo es, como certifica María Soraya cada vez que toma el micrófono y habla a Puigdemont: nadie ha tenido tan fácil evitar que se aplique la Constitución. Insuperable, sin duda. A estas horas de este lunes  que tanto prometía quedan por declarar los dos Jordis, pero a estas alturas elucubrar sobre su suerte procesal es ya obsceno: sólo hay que ver la cara de felicidad con la que ambos hacen el paseíllo en la Audiencia Nacional. ¿Y las mochilas? Quia, recuerdos de su época cumbayá.

Adenda: Dos horas después de escribir estas líneas se conoció que los Jordis iban camino de Soto del Real, lo que no deja de causarme una cierta, aunque gozosa, sorpresa. Si bien no habrá que dejarse llevar por la euforia y sí preguntarse por qué estos tipos dan con sus huesos en la cárcel y no corren la misma suerte Trapero, Junqueras y Puigdemont. Habrá que esperar. 

viernes, 13 de octubre de 2017

El sobre



Anda el personal alborozado porque María Soraya ha mandado un burofax de correos al sedicioso, y ya rebelde contumaz, Puigdemont para que aclare si ha proclamado la república catalana independiente de su casa. Más procedente y contundente hubiera sido mandar el requerimiento metido en un sobre y entregado por un motorista, pero eso olería a rancio franquismo y ya se sabe que María Soraya aborrece un régimen-curiosamente de abogados del Estado como ella-que según la señora costó mucho esfuerzo derribar, tanto que ella gateaba con chupete cuando falleció el Caudillo.

Tiene la cosa un aire de opereta chusca que es presagio de todos los males y que no viene sola sino acompañada de una serie de nefastos augurios: acuerdo con los socialistas para una reforma constitucional que nadie quiere, alegría desmadrada de los tertulianos aprovechando un desfile militar y un deseo irrefrenable por evitar la aplicación del dichoso artículo 155. Quedamos a la espera de la respuesta del rebelde pero mucho tememos que nos metamos de lleno en un terreno que ya no será jurídico sino puramente semántico: proclamé pero no proclamé, suspendí pero no suspendí…Qué nostalgia de aquellos tiempos del motorista y el sobre, anticipo metafórico de un cese fulminante, pero es lo que tiene este régimen de partidos y leguleyos, que nada es lo que parece: ni siquiera los golpes de Estado. 

viernes, 6 de octubre de 2017

Hilitos de una tragedia



Algo hemos ganado con el serio conato de independencia catalana, y es que el Presidente del Gobierno se ha vuelto un hombre más cercano al pueblo que ha tenido a bien depositar en él su confianza: del frío plasma hemos pasado a una entrevista en la Agencia EFE para explicarnos que la unidad de España no se negocia y que se tomarán todas las medidas necesarias-que no las detalla-para garantizar un orden constitucional que naufraga en las turbulentas aguas de un régimen en descomposición.

Requerido por la cuestión en su reciente visita a Estados Unidos, el hombre dijo que no había peligro, que eso de la independencia era muy complicado y que además, ahí nada es nada, los sediciosos no tenían papeletas para votar. Luego se comprobó que tenían papeletas, urnas donde depositarlas y policías que las custodiasen para su posterior recuento, lo que nos trajo a la memoria sus inolvidables hilitos de plastilina para valorar el desastre del Prestige. Dirán, seguirán diciendo, sus gregarios que sabe administrar los tiempos. Y es cierto, pero son los tiempos de los demás, los de los jueces, fiscales, policías…y hasta los del Rey.

lunes, 2 de octubre de 2017

Qué buen vasallo



De la jornada de ayer, y a modo de corolario, debe traerse el qué buen vasallo sería si tuviese buen señor referido al Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil en la defensa de una ley que por estos pagos ni rige ni está ni tampoco se la espera. Y muy especialmente tras la comparecencia del presunto señor, negando lo evidente y ofreciendo diálogo. Todo lo demás que ya se pueda decir, excepto el aplauso a esos agentes, es superfluo, inane y hasta subnormal. Como el presunto señor.