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domingo, 29 de mayo de 2016

Ética y estética



La fotografía ilustra a la perfección que vieja y nueva política son la misma cosa en la ciudad condal: un burgués de toda la vida, alcalde para más señas, pagaba el alquiler de una casa ocupada para que concejales antisistema echasen allí litronas y canutos entre toda clase de actividades alternativas, labores sociales que amparaban la malversación de caudales públicos. Pero Barcelona es así, y también tiene un teniente de alcalde que presiona a los abogados para que no sean escrupulosos ni libres en el desempeño de su profesión. Hay más ejemplos, incluso más divertidos, pero todos mueren en la misma orilla: es el naufragio de la ley en la tempestad del sufragio universal. Dos estéticas para una misma ética.

miércoles, 25 de mayo de 2016

La gente



Cuentan que el alcalde de Cádiz, Kichinger para el pueblo, apoya  a los vendedores ilegales de pescado que tanto perjudican al pequeño comercio, ese esclavo que es el que paga los impuestos que sirven, entre otras cosa, para satisfacer el sueldo de nuestro hombre y de toda la corporación. Es lo que tiene estar siempre con la gente, que si la gente se mueve en la ilegalidad, tú debes hacer lo mismo: do ut des con los que te han llevado al poder. Es idéntico a ese idilio permanente que viven los manteros de Barcelona con el alcalde de la ciudad, un tipo que debe liquidar la unidad antidisturbios de la Guardia Urbana, decisión que adopta por vocación propia y por exigencia del perroflautismo que le apoya. Se empieza parando un desahucio instando por un banco y se acaban paralizando toda clase de lanzamientos instados por particulares, porque, a fin de cuentas, qué es la propiedad sino un robo.

De aquellos polvos de la acampada del 15-M vienen estos lodos del apoyo a la ilegalidad con forma de chirigota, por eso la frase célebre de aquella ministra socialista-el dinero público no es de nadie-ha sido matizada por otra más ajustada a la realidad: el dinero público es de la gente. ¿Y el privado? Ese, si queda y como es tradición, de Hacienda.

lunes, 23 de mayo de 2016

La otra crónica



Esta imagen de la final copera resume muy bien una parte del Régimen del 78 que tanta bondad nos ha reportado. El presidente catalán, que aunque parezca mentira es el representante del Estado-español, sí-en Cataluña; el presidente del Barcelona, que como todo el mundo sabe es más que un club, otro de esos hechos diferenciales que recoge la Constitución; y el alcalde de Barcelona, un cuerpo extraño que certifica que el pluralismo político-un hombre y una mujer, dos votos-no es garantía de nada. Y más atrás y medio dormida, una señora que es la esposa del presidente de la federación española de fútbol, un tipo que lleva en el cargo desde la Transición, o casi.

En cuanto al partido, lo previsible en un torneo menor de estas características cuando los jugadores solo piensan ya en las vacaciones: prórroga. Quizá lo más destacable es que el árbitro se lesionó, por lo que sobre el campo planeó la sombra de buscarle un sustituto que cerrase el trámite, y quién mejor que un juez de lo contencioso administrativo para ese menester, pero al final no fue necesario, por lo que podemos reservar un togado de ese orden jurisdiccional para suspender cautelarmente los resultados de las elecciones en Austria. Pero con todas las garantías, ojo.  

jueves, 19 de mayo de 2016

Estúpidos todos



Decía Quevedo que todos los que parecen estúpidos, lo son, y además también lo son la mitad de los que no lo parecen. Rajoy, que lo parece y mucho, se lava las manos con la prohibición de banderas independentistas en la final de la Copa del Rey y dice que la cosa no es de su competencia. Albiol, que goza de buena prensa y no parece estúpido, dice que a él no le gusta esa bandera, que es tan inconstitucional como la española con el águila de San Juan, pero que no impediría su acceso al estadio siempre que el que la lleve se porte bien y no ofenda a nadie, incluido el Rey, se presume. Lo dicho, otro estúpido de esa mitad que no lo parece.

jueves, 12 de mayo de 2016

La tribu y el sexo



Ha causado cierto estupor que la diputada Gabriel, de la CUP, haya afirmado que la familia tradicional, también llamada nuclear, crea hijos conservadores, de ahí que sea partidaria de tenerlos en común y educarlos en plan tribu. De este despropósito, que se añade a la polémica recientemente creada por estas mujeres sobre tampones y compresas, lo único que de verdad sorprende, especialmente a estas alturas de la película, es lo contradictorio de la tesis de la diputada, sobre todo si tenemos en cuenta que ella misma es hija de una familia tradicional, hecho que no ha sido obstáculo para salir perroflauta, cumbayá y poco conservadora y sí muy revolucionaria, hecho probado que demuestra una vez más que en este valle de lágrimas todo es una cuestión educativa. De educación especial, obviamente.

Pero dejemos atrás lo anecdótico y vayamos a lo sustancial: la propuesta de familia ideal de Gabriel resuelve un problema grave relacionado con el apareamiento, la coyunda de toda la vida, en el ámbito de ese mundo alternativo del que ella forma parte. No hace mucho, mujeres cuperas posaban juntas y reivindicaban su condición de feas, gordas, malfolladas…epítetos que recibían desde ámbitos que consideraban hostiles. Es evidente que una especie de comuna o tribu donde la gente se aparease de manera indistinta y solidaria, y presumimos que hasta obligatoria y regulada, haría que todas esas mujeres, y especialmente si son gordas y feas, tuviesen siempre la oportunidad de encamarse y gozar-demos por hecho que con hombres-sin la posibilidad de ser rechazadas, hazaña que a su vez las llevaría, siempre en teoría, a dejar atrás el trauma de malfolladas. Lógicamente, con el dale que te pego y a no mucho tardar la maternidad caería como fruta madura.

Todo ello nos lleva a la conclusión irrefutable de que la propuesta de familia ideal de Gabriel no tiene tanto que ver con hijos futuros, que en materia ideológica ya son conducidos por la senda del progresismo de forma natural y por diferentes cauces, como con el sexo de toda la vida. Una novedosa planificación familiar que evite la exclusión sexual. Y por ley.

martes, 10 de mayo de 2016

La fiesta de la espuma



Siempre tuve claro que sólo había una cosa peor-por tonta, empalagosa y pretenciosa-que los anuncios del Banco de Sabadell, y eran los anuncios de esa cerveza tan popular en la capital del reino. Y como en el foro, a las pruebas hay que remitirse. 

jueves, 5 de mayo de 2016

Aniversario


Ayer se cumplieron cuarenta años de la llegada a los quisocos del primer ejemplar de El País. Cuatro décadas, más que el franquismo, ahí es nada. Daría para mucho el evento, así que lo dejamos en unas cuantas imágenes para el recuerdo.



Mira, Manolo, vamos a sacar un diario de derechas.


Occidente, culpable.



Las prisas, ya se sabe.


Pues yo lo veo bien.


martes, 3 de mayo de 2016

La vida sigue igual



Como cantaba aquél, la vida sigue igual. Otra vez. Hay que votar, y como será más de lo mismo y por aquello de ahorrar, el partido del gobierno deja una imagen que bien podría ser su cartel electoral, que es la misma fotografía, o casi, de media vida. Rajoy, con la chaqueta a lo Luis Pineda, lo que puede indicar que está forrado, y no de ideas precisamente. Maíllo, de los Maíllo, Casado&Maroto de siempre, aplaude porque eso toca y no conviene nunca abandonar el guion. Cospedal, melena al viento y aire decidido, demostrando que sigue viva pese al finiquito diferido de Bárcenas. Y Arenas, ay, con ese aire inconfundible, el suyo propio y permanente, de estar en una caseta de la Feria y ser el más feliz. Olé.