TWITTER

domingo, 13 de diciembre de 2015

Garantía de rapidez



Es notorio que es España un país en exceso garantista en materia de derechos, de tal suerte que muchas veces el esperpento acaba envolviendo bajo su manto lo que debería ser la cosa más seria y respetable del mundo. Dentro de la legislación sobre extranjería existe el supuesto, muy habitual, de la denegación de entrada en puesto fronterizos, generalmente aeropuertos. El extranjero llega y algo falla, de tal manera que se deniega su entrada en territorio nacional. Acto seguido, se activa el mecanismo contemplado en la ley y, pese a que al extranjero frustrado se le va a meter en el primer avión que salgo rumbo hacia el lugar de donde procedía, entran en acción las garantías con las que el legislador le obsequia, siendo una de ellas la asistencia de un abogado de oficio, profesional que puede formular un recurso contra esa denegación, si bien el mismo, y por mucho que se corra, no paraliza la decisión gubernativa de embarcar al extranjero en ese primer vuelo disponible. Lo que siempre ocurre, y además con una eficacia sorprendente en un lugar donde la chapuza es la norma general.


Es algo grotesco, sin duda, pero comúnmente aceptado a lo que nadie da demasiada importancia y que ya no se comenta de ninguna de las maneras por ninguno de los actores de la comedia, para qué, pero el otro día me contaron una anécdota que provoca la hilaridad. Abogado de oficio que citado a las cuatro de la tarde para dar trámite a la asistencia al extranjero en la comisaría del aeropuerto llama por teléfono para decir que quizá se retrase un poco, apenas unos minutos. No me tarde usted mucho, por favor, que el avión sale a las seis, y al intérprete lo tengo ya aquí como un clavo, le indica el policía que lleva el caso. ¿Quién dice que la justicia es lenta? ¿Y que no hay derecho? Como un cohete, oiga.

No hay comentarios: