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viernes, 20 de septiembre de 2013

Pedagogos y demagogos



La irrupción-asalto es el término que utiliza la policía para dar lustre al atestado-de un grupo de ultraderechistas en una librería ha reavivado el debate sobre la ilegalización de estos grupos al amparo de una ley de partidos que no se aplica desde que a JoseMari se le jodió la tregua trampa de la ETA y del MLNV. Dejando a un lado el debate sobre la legalidad y oportunidad de la medida que propone este Frente Popular del siglo XXI, nada más satisfactorio para los grupos ultras que su interdicción, pues sabido es que para que el fascismo funcione bien y gane adeptos ha de moverse fuera de la ley, que dentro de ella la gente se morigera y acaba en las filas de la socialdemocracia reinante a izquierda y derecha.

Demagogia barata, a fin de cuentas, la de una compungida Soraya Sáenz de Santamaría condenado el ataque del gas pimienta y callando ante otros desmanes ocurridos el mismo día a unos cientos de kilómetros de distancia, anécdotas que no hirieron la sensibilidad-el spray presuntamente usado por las fieras ultras no da para más lesiones-de ningún diputado electo. Y como de gas va la cosa, el gobierno quiere que los niños estudien el Holocausto con carácter obligatorio antes de pedir una beca para ser ingenieros, todo un envite pedagógico que quizá choque frontalmente con el reparto de competencias y los contendidos históricos que se imparten en Cataluña, un lugar donde la Historia se paró en 1714 y la verdadera educación en valores se imparte desde la televisión autonómica.

4 comentarios:

Señor Ogro. dijo...

Que los nacionalistas son españoles es algo que queda clarísimo, y es que el sistema les defiende como a españoles de primerísima categoría, como si fueran figuras de la talla del Jefe de Estado o Presidente del Gobierno.

En cambio, los no nacionalistas somos españoles de segunda, de los que se espera la necesaria sumisión, que paguemos impuestos, que sonriamos cuando nos rompen el ojal, y que naturalmente callemos respetuosamente ante los que se cagan en España o nos llaman fachas y fascistas. Y pobres de nosotros si no cumplimos, el peso del estado caerá sobre nosotros con toda su fuerza.

¿Cabe un tonto más?, naturalmente que sí, siempre.

Herep dijo...

Vieja táctica nacionalista, esta de hacerse las víctimas después de haber llamado al mal tiempo.
La novedad es que ahora, los "nacionalistas trasnochados", léase Partido P'ayudar, más nacionalistas que el que asó la manteca, la han hecho suya, distinguiendo entre "buenos", "malos" e "idiotas".

Reinhard dijo...

Esa distinción entre españoles de primera y se segunda de la que usted habla brilla con luz propia en la irrupción en la librería Blanquerna y las reacciones que ha suscitado, resumidas en un patético y repugnante rasgado de vestiduras. Por contra, ataques sistemáticos, como el que aparece en la fotografía, contra españoles en Cataluña han pasado desapercibidos; o lo que es lo mismo, que la vicepresidenta se ha ciscado en ellos.

Reinhard dijo...

Herep, precisamente por hacerse las víctimas, deben lamentar lo light del asalto.