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miércoles, 29 de mayo de 2013

Con los españoles



Se fue Josemari al Congreso y dijo más o menos lo que todos esperaban y muchos deseaban oír: que no está contra nadie, que está con los españoles. Casi a la misma hora andaba Mariano reunido con sus barones en la apasionante lidia del déficit público, concepto difuso que ahonda las diferencias entre españoles en función de su lugar de residencia. Curiosamente, en el acto del ex presidente se presentaba una biografía de Cánovas del Castillo, el artífice de la abolición de los fueros, una iniciativa legislativa que buscaba la entrada de España en la senda liberal a través de la igualdad jurídica y económica de todos lo españoles. Claro, que el mismo Cánovas creó la figura del Concierto Económico, lo que para las gentes vascongadas supuso una amplia autonomía administrativa y financiera que todavía sigue vigente. Si no fuera por el escozor que debe sentir tras la acometida del músculo de Aznar, Mariano se habría escapado de sus barones para plantarse en las Cortes, pedir un ejemplar de la vida de ese prócer de la patria con dedicatoria de su antiguo mentor, volver a Génova 13 y decir a los suyos que ya lo decía Don Antonio, y así lo aplicó el presidente de FAES en sus ocho años de gobierno, que todos somos iguales pero que unos lo son más que otros. Y levantar la sesión. 

lunes, 27 de mayo de 2013

Iminbuitxó (Iminwichon)



Por Tolerancio

El primer capítulo de las memorias de Kim il Sung, todo un best seller en las librerías norcoreanas, de hecho es el único libro disponible en las estanterías, se titula Mi familia. Ese capítulo fundamenta las querencias dinásticas del régimen. Es sabido que la familia tradicional no es una institución del agrado de los capitostes socialistas de todo tiempo y lugar, salvo si se trata de las suyas.

Nuestro Gran Timonel, nuestro Querido Líder, y padre espiritual de la renacida patria catalana, Jordi Pujol i Soley, también ha instaurado el culto a la familia, la suya, claro, que es la porción de la patria que tiene más a mano. Cierto que Jordi Pujol ha entendido el culto a la familia en un sentido prospectivo más que genealógico, procurando un futuro holgado y confortable a sus descendientes, que han replicado con sorprendente mimetismo la singular pericia de su progenitor para triunfar en la política y en el enrevesado mundo de los negocios.

La diferencia entre Kim il Sung y Jordi Pujol es que el primero rinde en su testamento político un afectuoso recuerdo a sus antepasados, a sus abuelos Kim Po Hyon (que, fonéticamente, dicho del tirón por un catalanohablante puede dar lugar a equívocas interpretaciones) y Kan Ton Uk, y a su padre Kim Hyong Jik, nacido bajo la dinastía feudal de los Ri, en tiempos del emperador Kojong (que, a oídos de ese mismo  catalanohablante, forma una dupla sensacional, simbiótica, con el abuelo paterno del interfecto) y al que nos presenta en su ditirámbica autobiografía como un héroe nacional coreano en la sostenida lucha de liberación de ese pueblo indómito contra la ocupación japonesa. En tanto que Jordi Pujol nunca ha dicho gran cosa de su padre, cuando la trayectoria de éste, desvelada recientemente en un suplemento dominical de El Mundo, demuestra eso que tantas veces se ha dicho, que de casta le viene al galgo… pues, no en vano, el abuelo Pujol abrió la senda familiar rumbo a Suiza, figurando por méritos propios en el top ten de los evasores de divisas a finales de los años 50, claro que con el patriótico y loabilísimo afán de sustraer sus caudales a la rapiña confiscatoria de las autoridades españolas. 

Otras son las similitudes que un observador imparcial advertirá entre ambos espíritus emprendedores. Así como Kim il Sung, cual un asceta entregado a sesudas cavilaciones, recorrió el camino de Mil Ris hasta dar con el busilis doctrinario, el iminwichon, que redimiría a su pueblo amado del calamitoso estado de postración en que se hallaba a fuerza de tiranías e invasiones extranjeras, Jordi Pujol a bordo de su SEAT 600 recorrió en la década de los 60 toda Cataluña, pueblo a pueblo, para captar el pálpito de sus gentes y difundir con discreción las infinitas bondades del catalanismo, pensando en un futuro promisorio que se haría realidad en cuanto se apagara la lucecita de El Pardo.

Los hitos del itinerario, Walthanri, Hwaphyong o Huksu, en un caso, o Capolat, Palausator u Hostalets de Pierola en otro, conforman las etapas de ese común viaje iniciático. Kim, metido a santón, a profeta libertador de su pueblo, redactó su mesiánico ideario en las estribaciones del sagrado monte de Myohyang, nos dice su exegeta, paisano nuestro, Alejandro Cao de Benós de Les y Pérez, ahí es nada, parecidamente a las enjundiosas meditaciones de nuestro héroe aborigen en las adustas celdas de la benedictina abadía de Montserrat. Algo tienen los montes más emblemáticos que de sus cimas descienden, tras su retiro espiritual, los grandes hombres con las tablas de la ley en las alforjas o con el magín repleto de ideas estupendas.

Podrán ser muchas las diferencias doctrinales entre uno y otro, pero en un punto coinciden ambos: en el ya aludido iminwichon, que en catalán daría iminbuitxó, nudo gordiano de sus credos respectivos. La teoría del iminwichon se resume en un solo punto: El pueblo es el cielo, no en un sentido atmosférico o geográfico, sino lírico, metafórico. Ese cielo incontaminado, es un decir, surcado por aves de elegante vuelo, y cutinosas nubes de blanda consistencia, hacia el que alzamos nuestra temerosa mirada, es la imagen más perfecta y atinada de los pueblos norcoreano y catalán, que conservan su angélica inocencia en medio de la tornadiza suerte que les ha deparado el devenir, rodeados ambos de enemigos, de lobos hambrientos, de hienas, de voraces alimañas prontas a hincar sus colmillos en sus carnes derrengadas y sorber su sangre con babeante y expoliadora excitación.

Hay más similitudes, pero por no fatigar a los condenados de esta legión clandestina, ni agotar la paciencia de nuestro gentil anfitrión, resaltaré sólo una: la numerológica. En efecto, los regímenes norcoreano y catalán se hermanan en su común devoción por el simbolismo numérico. Los descendientes de Kim il Sung rinden pleitesía al número 9, pues un nueve de septiembre se proclamó la República Popular de Corea del Norte y se especuló mucho con que Kim Jong Un lanzara sus misiles Musudan contra posiciones enemigas los pasados 14 o 23 de abril, por sumar sus cifras 9, 1+4+4 y 2+3+4, mientras que a los herederos de Pujol se les hace la churra agua con el nuevo número PI, que no es 3’14, el cociente entre la circunferencia y su diámetro, sino el número Por la Independencia, PI, cuyo valor es 17’14. Así es, la bandera del futuro museo del Borne, consagrado a la causa del soberanismo, ondeará en un mástil con una longitud de 17’14 metros al tiempo que dicha bandera tendrá una superficie de 17’14 metros cuadrados. Lamentablemente tan fastuoso estandarte no costará a las arcas públicas 17’14 €. Los espectadores más vocingleros del Camp Nou profieren el grito escalado de in, inde, independencia, en el minuto 17 y 14 segundos de cada partido. Y ya se dice en los mentideros nativos que los buenos catalanes deberíamos cepillarnos los dientes 17’14 veces al día y engendrar en nuestra vida fértil 17’14 hijos, aunque en ambos casos se pierda un poco el sentido de los decimales.

He sobrepasado el límite asignado de 17’14 líneas para poner de manifiesto los paralelismos existentes entre Kim il Sung y Jordi Pujol y por ello les pido disculpas 17’14 veces.


viernes, 24 de mayo de 2013

Vuelve el hombre



Como aquel viejo anuncio en el que una maciza en moto buscaba a Jacq´s, ha vuelto Aznar buscándose, y también gustándose, a sí mismo, y erigiéndose, como bien resaltaba un columnista, en el auténtico jefe de la oposición. Será pura coincidencia pero resulta curioso, por aquello de que la mejor defensa es un buen ataque, que la entrevista se produjese el mismo día que se conocían detalles poco gratificantes sobre la boda de su hija y el regalo de un invitado nada recomendable, de ahí que nuestro hombre dividiese su tiempo en repartir leña al grupo PRISA y al gobierno del tipo que él mismo designó para continuar su obra, o lo que es lo mismo, matar al mensajero e injuriar al indigno heredero.

Sacaba pecho el hombre y marcaba paquete cuando hablaba de los cinco millones de empleos creados durante sus ocho años de gobierno, cifra que siempre se me ha antojado tan abultada como las que dan por los organizadores de una manifestación, y ligaba tal hazaña con la bajada generalizada de impuestos-otra cuestión discutible-que impulsó su ejecutivo. Era una forma aguirresca de mostrar su faceta más liberal para acto seguido afirmar que él sí bajaría ahora los impuestos, justo lo contrario que hace y seguirá haciendo un socialdemócrata y voraz Montoro, un tipo que, mire usted, ocupó el mismo cargo en aquellos tiempos del  España va bien. Aunque dado su natural rencoroso, era también un lamento que expresaba su malestar y frustración al comprobar cómo todos sus hijos putativos-los naturales son fantásticos y matrimonian de maravilla-le salen rana.

Dicen que nuestro hombre está molesto con su partido porque no le presta el apoyo debido ante el vendaval  desatado por los papeles de Bárcenas y el eco mediático que al asunto brinda el diario de Cebrián, omitiendo maliciosamente, mientras se regodea con la mala situación económica del antaño independiente de la mañana, que es la vice Soraya la que más está trabajando para reflotar el que fuera imperio de Polanco. Y es ahí, en esa soledad ante el enemigo más despiadado y sectario, donde el músculo de Josemari se empieza a desinflar con rapidez y sin remedio por mucho que apele a su conciencia, al partido y a la patria, valores todos ellos muy hermosos que para su desgracia poco pintan en un partido que si tiene principios, todo un enigma, son como su programa: perfectamente modificables.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Odia el delito



Volvemos por esta bitácora, una vez más, con la máxima socialdemócrata que tanto juego da y que tan poquito pide a cambio. Tres días de fiesta dan para una escapada a La Rioja, carretera y manta para dejar a un lado de la autopista la Navarra del Ebro, con esa Lodosa célebre por sus pimientos que ha tenido el dudoso honor de acoger al terrorista, dicen que arrepentido, Valentín Lasarte en su primer permiso ordinario. Al ministro del Interior, hombre pío donde los haya y so pena de prevaricar, no se le podía morir en prisión el etarra Bolinaga, de ahí que lo mandase a su natal Mondragón para que-aseguran los malvados-a base de txikitos el mal se extendiese del riñón al hígado, pues a fuerza de vísceras se ha jalonado esta historia del terror.

Y visceral era Lasarte, que regentando una taberna en el San Sebastián más batasuno tenía tiempo de echar vinos en otros locales, ver por casualidad a un objetivo de la banda cenando en otra tasca, volver a su feudo a por una pistola y pegar un tiro en la nunca al desgraciado objetivo. Más rápido y letalmente eficaz, imposible. Casi veinte años después, y tras ver el negro horizonte que presentaba la todavía vigente doctrina Parot, Lasarte se acoge a los beneficios penitenciarios, proscritos por la ortodoxia de la banda, se busca una pareja, que siempre es síntoma de normalidad, y comienza a respirar libertad en un entorno bastante más oxigenado que ese otro en el que se forjó como héroe de la patria.

Tras una tragicomedia perfectamente ensayada, los ropones de la Audiencia compadecieron al delincuente y se ciscaron en la víctima, como es costumbre inveterada y ya casi una fuente del Derecho, y decidieron que, pareciendo sincero el arrepentimiento del reo, procedía ir preparando su vida para la libertad. Y en eso anda Valentín, con una novia fea de narices-otro crimen a sus espaldas-y bebé prestado en un carrito, alegre comandita que sólo ve alterada su felicidad por la presencia de un montón de periodistas que sólo aspiran a dar fe de lo evidente: que como bien dijo hace ya tiempo un etarra arrepentido, y ahí está una ley blandengue para certificarlo, el último en salir de ETA será un imbécil.

lunes, 20 de mayo de 2013

Stop desahucios



Por la prensa sabemos que un tal Elpidio, el juez que mandó a Blesa a prisión, fue en su día desahuciado del piso del que era arrendatario, siendo el motivo que no pagó ni una sola mensualidad del contrato firmado, dejando un pufo de unos miles de euros y un estupor de por vida en el propietario de la finca. Cierto es que una cosa no tiene que ver con la otra, y que el ropón, en el ejercicio de su función jurisdiccional, puede ser un tipo impecable que ha visto claro que el antiguo gestor de Caja Madrid metió a la entidad financiera en un barrizal que han acabado por pagar todos los españoles. Soslayando la ética, que ya no se enseña en los colegios porque tenía mucho que ver con el latín, podríamos apelar a la estética, sana virtud que se oculta en el túnel del tiempo, y afirmar que se espera otra cosa de alguien que debe impartir justicia, pero ello nos sacaría de esa dinámica infinita del hámster y su rueda en la que estamos inmersos.

Porque a fin de cuentas, en esta Expaña quebrada a la que nadie quiere rescatar, nada es lo que parece y todo parece lo que no es. Si la pasionaria Colau, presidenta de los afectados por la hipoteca, no soporta tan pesada carga y vive tan ricamente de alquiler, y si Jorge Verstrynge, que tiene con su esposa unos cuantos pisos para arrendar a estudiantes con posibles, se dedica a los escraches junto a los parias de la Tierra, por qué un ropón harto de empapelar a los que se saltan la ley va a ser un fiel cumplidor de sus obligaciones. De Verstrynge y toda esa izquierda caviar-como exquisita la definía Tom Wolfe-siempre podrá decirse, como sentenciaba Vázquez Montalbán cuando le afeaban su condición de sibarita y comunista, que ellos ya sufren lo suyo por vivir con sus propias contradicciones: lo mismo, más o menos, que el amigo Elpidio. 

sábado, 18 de mayo de 2013

El relevo generacional



La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas...

El superior de éstos, una noche de febrero.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Un frenopático



Un libro en cuya portada aparece un Jordi Pujol travestido de Mao, o algo igual de siniestro, y aun obviando su título, es garantía de que nos encontramos ante una obra satírica que discurre allí donde el sentido del humor no goza de muy buena salud, intuyéndose con rapidez y sin temor a equivocarse que la incorrección política va a ser la nota predominante en la obra. Ramón de España-el apellido es ya una bomba para el pensamiento único catalán-ejerce de psiquiatra para diseccionar todas las patologías mentales de un régimen en el que la disidencia política se castiga con un silencio que mucho se parece a la interdicción, una muerte civil que ya ha obligado a muchos, afectados según los nacionalistas por el auto-odio, a liar el petate y buscar otros horizontes. 

La megalomanía de Artur Mas, la esquizofrenia de los socialistas catalanes, la paranoia de los más radicales independentistas y los complejos sadomasoquistas del charnego agradecido que tan bien simboliza Pepe Montilla aparecen en todo su esplendor en un baile de locos que se va degustando a velocidad trepidante y que deja en el lector la sensación de que por estos pagos la realidad, loca de remate, siempre supera a la ficción. Pero la risa floja que provoca el relato de todo este delirio nacional no puede ni debe impedir que apreciemos lo sustancial: que estos orates, poca broma, se toman muy en serio todo lo que hacen, de ahí que luzcan permanentemente, como en el caso de la presidenta de Òmnium Cultural que tan certeramente dibuja el autor, una imagen adusta, huraña, de pocas coñas con nosotros, que vamos a muerte hasta el final.

Mención aparte merece el papel de una prensa subvencionada que se ha abonado al editorial único como forma de construir aquello que ya hace bastantes años Iván Tubau, otro disidente, bautizó como la nación virtual. Si bien estos plumillas y tertulianos, así como toda una fauna relacionada con el mundo subnormal de la cultura oficial, son los más cuerdos del manicomio, pues a fin de cuentas lo suyo no deja de ser la satisfacción del propio ego mediante el engorde de su cuenta corriente. Porque si algo corre a raudales en todo este circo de provincias es el dinero, de ahí que la locura generalizada de esta peña sea absolutamente esquizofrénica: ¿qué harían y de qué vivirían si algún día fuesen independientes?

Ácido y corrosivo, nostálgico de una Barcelona que fue, Ramón de España muestra también el desencanto propio del que siempre ha simpatizado con las posiciones de una izquierda moderada y que ahora asiste al penoso espectáculo de ver a esa opción política como el tonto útil que, subido a una nave de locos, rema con más pasión, si cabe, que los más convencidos nacionalistas. Por no hablar del desprecio que se adivina hacia los diferentes gobiernos de España, unos incompetentes que ya desde la Transición abonaron con su desidia el terreno en el que hoy florece un insuperable delirio para el que no parece haber terapia posible con posibilidades de éxito.

lunes, 13 de mayo de 2013

El dedo de Mariano



Hasta ahora, y junto al de Colón y Luis Bárcenas, el dedo más famoso era el de Mourinho, aquél que metió en el ojo-no en el tercero, por favor-de Tito Vilanova y que para muchos merengones indicaba el camino a seguir. Mariano Rajoy ha sacado su dedo para designar a la sucesora de un Basagoiti que se va a la empresa privada merced a una trayectoria plagada de éxitos en esa esfera. Es ya tradición en el PP que se recurra al dedo para designar al más incompetente, y así, de aquel cuaderno azul-no había otro color-con el que Ánsar se paseaba arriba y abajo, surgió el hombre que a fuerza de paciencia nos lleva por la senda de la recuperación.

Estaba cantado que la decisión sería digital, si bien Mariano podría haberlo hecho con una mínima liturgia, con ese rito del plasma al que se ha suscrito con devoción: convocar a los próceres vascos en la sede del partido en Bilbao y desde allí, a lo Gran Hermano, anunciar la nominación de un campeón elegido por una audiencia tan fiel como inexistente. Dejar que los afiliados votasen era un riesgo que no podía permitirse un partido que da por amortizadas dos regiones de España y que trabaja con ahínco para que en esos feudos el perfil de sus dirigentes sea lo más bajo posible, tanto que suele lindar con la estupidez. Bien es cierto que el dedazo podría haber sido peor: imaginen que el ungido hubiese sido Iñaki Oyarzábal. Tendríamos a todo Cristo diciendo que se premiaba el lameculismo, y eso no, no és això, companys, no.
  

miércoles, 8 de mayo de 2013

Bacigalupando



Fue Jiménez Losantos el que acuñó el neologismo bacigalupar para referirse al juez que a sabiendas dicta injusta resolución. Tenía su origen el hallazgo en el ropón Bacigalupo, un Valdano de la judicatura al que el felipismo metió en el Supremo por la puerta de atrás y que patentó la teoría de la estigmatización para impedir que Felipe González fuese imputado, o inculpado, en la trama del GAL. Entendía el ropón Bacigalupo que citar a todo un señor como imputado suponía un estigma, un dardo envenenado a su honorabilidad, de ahí que González, la X de Garzón, sólo declarase como testigo en aquel juicio contra sus subordinados, debiendo conformarse el populacho con la fotografía que de tapadillo sacó PedroJota.

Casi veinte años después de aquella finura de la literatura jurídica, y siempre que la justicia se quita la venda de los ojos y envaina su espada, seguimos con la peregrina teoría del estigma y sus penosas consecuencias, lo que para meapilas y morigerados varios constituye, sin duda, motivo de honda satisfacción. Y es como bien afirma el siempre incorrecto Arturo Pérez Reverte, aquí faltó guillotina.

domingo, 5 de mayo de 2013

Cifras


6.202.700

Sobre el número de parados, Mariano suscribe, mutatis mutandi, la máxima de Stalin: la muerte de un hombre es una tragedia, pero la de un millón de hombres es una estadística.

88

Millones de euros es la pensión que se lleva del Santander el amigo Sáenz. Es cosa privada, dicen los defensores de la superpensión.

33.000

Euros mensuales es lo que cobra la presidenta del banco malo. Es cosa pública, dicen los escandalizados contribuyentes.

500

Billetes de; ésos que deben ser retirados del tráfico según Rubalcaba. Sabíamos que este hombre lo escuchaba todo; ahora sabemos que ve lo que nadie ha visto.

50.500

Los euros que anualmente se levanta el amigo Carromero como asesor de la Botella. Una cantidad muy inferior al coste que para España tuvo su aventura caribeña.

0,50

Precio del dinero en la zona euro. Sobre 100, índice de la paciencia que los españoles están dispuestos a tener frente a la política de Mariano.


miércoles, 1 de mayo de 2013

El cura Santa Cruz...y su primo



El obispo emérito de San Sebastián , el amigo Uriarte, se descuelga con una entrevista en Pravda en la que afirma que la doctrina Parot es inaceptable, calificativo este que se aparta de lo puramente jurídico para entrar de lleno-qué menos en un sacerdote-en el terreno de la moral. Tampoco es pionero en tal juicio este trasunto-más morigerado y amanerado, sin duda-de aquel Cura Santa Cruz, pues el precursor de esta nueva doctrina jurídico-religiosa, entre beatos anda el juego, fue el actual ministro del Interior, quien en un tórrido verano se revolcó cual cochino en el fango para dar la blanca a Bolinaga. 

No quiero prevaricar, se justificaba el beato catalán mientras se abanicaba con informes médicos que aseguraban que el terrorista estaba mal pero que podía aguantar el tirón entre rejas, y que terminales, a fin de cuentas, somos todos desde el nacimiento. Tal vez influenciado por el amor que el nuevo Papa muestra hacia los más desvalidos, este obispo, a quien Fernández Díaz lamería el anillo con fruición, asegura que el gobierno carece de gestos con los presos enfermos, deseando tal vez que el ministro, o alguno de sus subordinados, acudiese de vez cuando a prisión para besar los pies de algún etarra aquejado de juanetes, que la reconciliación principia por pequeños y amorosos detalles.

Daos fraternalmente la paz, sentencia el prelado desde la más absoluta equidistancia; no prevariquéis, dice el ministro desde la más rotunda impertinencia. Venga ese abrazo de Vergara.