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sábado, 13 de abril de 2013

La pena de banquillo


El Tribunal Supremo, un órgano que a veces trabaja, ha confirmado la absolución de Camps por aquella zarandaja de los trajes: no parece que la noticia haya causado un gran alborozo en las filas de su propio partido, tal vez porque el partido no está para muchos homenajes, o quizá porque el absuelto ya era un personaje amortizado cuya defenestración había servido para que corriese el escalafón, alegría que se da en los partidos cada vez que un alto cargo pasa a mejor vida, ya sea en sentido real o figurado.

Con Camps se demuestra que en política la pena de banquillo es tan efectiva o más que la de presidio, porque con ésta siempre, al menos en teoría, puede caber un indulto y más tarde o temprano una cancelación de antecedentes penales que borre el delito, mientras que aquella sólo genera silencio, cuando no oprobio, entre amigos y enemigos. Y silencio es lo que ha dedicado el Partido Popular al hombre por el que Mariano, en un principio, ponía la mano en el fuego, apuesta personal que en el caso del gallego no significa nada, o sí, depende.

Siendo benévolos con quienes no lo merecen, podrá decirse que el silencio del partido con Camps, Paco para los que eran amigos, no es más que la evidencia de que la melancolía, a golpe de corruptelas y funestas advertencias de Bruselas, se ha instalado definitivamente en la calle Génova, la calle del escrache. Y es que el silencio hiriente que se dedica al absuelto Paco no deja de ser otra forma de escrache, pasivo en este caso. Pasivo e impropio.

7 comentarios:

Fuga dijo...

El ejercicio de la política está tan desacreditado que a los profesionales de la cosa no se los creen ni los amigos íntimos del cole.

Ahora hacen vida totalmente cerrados a la gente. No tratan con nadie. Esquían, veranean, o van al cine juntos. Esa atmósfera cerrada todavía empeora su paranoia. El trato que se dispensan entre los diferentes grupitos de compadres produce asco. Todavía recuerdo la humillación a María San Gil. Cruel , innecesaria.

Es imposible viendo cosas como aquellas esperar un comportamiento ético que engalane la gestión de la cosa publica y dispense alguna credibilidad a gentes que se muestran así con los mejores valores humanos de sus partidos.
Y eso el PP y los demás.

Cualquier ciudadano con algún sentido de la prevención pone distancia con personajes así por su propia seguridad. Son hienas.

Reinhard dijo...

En el mismo lote que San Gil va Ortega Lara, un outsider que se mete ahí por principios y al que dan la patada en el culo sin miramientos.

Eso sí, fulanos como Carromero triunfan y se aseguran una vida plácida en la cosa pública.

tolerancio dijo...


lo de Camps es un amor no correspondido... ¿Qué fue de aquel "te quiero un huevo"?... pues a él le han dado la patada de charlot... es como Calimero, nadie le entiende, nadie le comprende, ya nadie le quiere... le han hecho un traje a medida... qué ingrata es la política... siempre le quedará el consuelo de rezar el rosario de la mañana a la noche y de retirarse a hacer ejercicios espirituales y flagelarse entre misa y misa...

Aitor Mento dijo...

Tengan ustedes en cuenta que tanto Camps como Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia que usa el coche oficial y el chófer para irse de compras a Vuitton y Loewe, huelen a imputación dentro del caso Nóos. Igual puede que sea por esto también.

Fuga dijo...

el que apesta con el caso Nóos es Gallardón, Sintxa.
los miles de euros para el yerno del rey los explicaba Jesús Cacho en Vozpopuli junto con la próxima declaración de Monste Corulla, el atraco del tasazo, la cagada liberticida de la reforma del CGPJ, el tinglado del Madrid Arena o la manufactura de la impunidad que son sus indultos a los compadres.

Todo un fulano.

¿qué nos aguardará en un futuro? Soraya o Gallardón. Esto mejora por momentos.


Señor Ogro. dijo...

Las declaraciones de inocencia no venden y además afean decenas y decenas de portadas en importantes periódicos. Si fuera culpable, ahí sí; pero así no.

Aparte, vista la catadura del poder judicial, la plebe ni esto ni lo otro.

Reinhard dijo...

¿Soraya o Gallardón? Ojo, que puede haber un tercer espada peor si cabe: Cospedal.