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miércoles, 27 de marzo de 2013

La Pasionaria



Llega la Semana Santa con sus pasiones y pienso en esta nueva Pasionaria que nos ha regalado la crisis,  señora muy vehemente que lidera una plataforma de afectados por la hipoteca-enorme pleonasmo, cuando la hipoteca siempre es carga tan pesada como la cruz de Cristo-pero que, según leo en sus ya numerosas biografías, vive de alquiler, lo que me recuerda a un juez de Barcelona ya retirado a quien siempre veía en la plaza de toros Monumental de Barcelona, hombre tan excéntrico que alardeaba de saber cocinar el bacalao de doscientas formas diferentes, aunque él no lo cataba porque no le gustaba. Y es que ya se sabe: los toros se ven mejor desde la barrera.

Ada Colau tomó la tribuna del Congreso para llamar cínicos, criminales y estafadores a banqueros, políticos y a todo sujeto que por allí pasase, para acto seguido, y previo desalojo de la tribuna, conseguir que se tramitase una iniciativa legislativa popular que tal vez consagre la dación en pago. De aquellos polvos estos lodos, y ahora la turba de esa plataforma acosa el domicilio de González Pons, no respetando, llueve sobre mojado, que tan importante cargo del partido del gobierno ya es hombre traumatizado desde que Zapatero congeló la pensión de su padre.

Algunos morigerados trazan en esta acción un paralelismo, ahí es nada, con el asesinato de Calvo Sotelo, soslayando el detalle fundamental de que hasta ahora la tal Colau no ha dicho del diputado valenciano las palabras que siempre se atribuyeron a la Pasionaria poco antes del magnicidio, este hombre ha hablado por última vez. Si bien tampoco González Pons es tan gallardo como aquel prohombre, pues pudiendo emular al asesinado, la vida podéis quitarme pero más no podéis, prefiere contar su tragedia en televisiones y radios. Nos hemos quedado sin épica, y sin estética, pero nos sobran plañideras. 

domingo, 24 de marzo de 2013

Sabiduría popular



Mientras España, o lo que de ella queda, espera a ver qué narices dicen los ropones de Estrasburgo sobre la liberación de criminales de diferente pelaje, la señora de Ánsar enseña Madrid a los burócratas del COI en lo que constituye el enésimo intento de tirar la casa por la ventana con el coñazo olímpico. Hasta hace bien poco desconocíamos el nivel de inglés que tendría la alcaldesa para convencer a estos vividores del deporte, ahora sabemos que es peor todavía que el de su marido, que ya era una castaña aprendida en esos cursillos que todavía se ven en los quioscos, por lo que uno termina acordándose de aquella película del inolvidable y castizo Paco Martínez Soria en el papel del nuevo rico tirando de profesora de inglés. Reír por no llorar.


España a la deriva, aunque con ganas de olimpiadas, y ese siniestro cobrador del frac que responde por Montoro inventando nuevos impuestos, o tasas, tal vez arbitrios, que ya no saben que sinónimos utilizar para referirse al más vulgar choriceo. Recientemente, y por motivos profesionales, he tratado con una mujer joven- dignísima madre soltera que vive con su hija de diez años en una habitación alquilada-que tenía un problema con el fisco del que por fortuna ha podido salir airosa. Hay que reconocer que aquella ministra de vivienda dio en el clavo cuando parió el concepto de solución habitacional para referirse a una forma de vivir propia de la posguerra. Miles de españoles viven hoy en una sencilla habitación mientras toman Nescafé y suspiran por el sueño de cualquier político: un buen sueldo para toda la vida por no hacer nada, por pasar olímpicamente de todo.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Maneras de morir



Con un serio percance en su salud mientras escribía el libro, vuelve a la carga González Ledesma con su incombustible inspector Méndez, aunque si tenemos en cuenta el final de la historia y alguna que otra amenaza del autor en diferentes entrevistas quizá estemos ante el último Méndez, el más rabioso, el más sentimental. El tiempo lo dirá.

Ambientada en una Barcelona relativamente reciente y aparatosamente decadente, Peores maneras de morir aborda el sucio mundo de la prostitución y la trata de blancas al más alto nivel y con ramificaciones internacionales, y ello desde dos perspectivas bien diferenciadas: la de la mano de obra de la Europa del Este, jóvenes y guapas mujeres que son captadas no se sabe muy bien con qué promesas, y la de las élites sociales y económicas que mueven el negocio con todo un más que respetable entramado de empresas contra las que la ley, esa entelequia en la que Méndez nunca ha creído, siempre llega tarde.

El doble asesinato de dos muchachas sirve de arranque para una novela negra, negrísima, que propiciará una exhibición, otra más, de un  Méndez francamente viejo, agotado y desorientado en unas calles que ya no son las suyas, pero por ello mucho más peligroso: va por libre y se muestra más asilvestrado que nunca, pues dada la naturaleza de los crímenes, y sobre todo la corta edad de las víctimas, se trata ya de una cuestión  personal, de un envite que puede ser el último servicio del hombre cuya mirada afilada recuerda siempre a una serpiente vieja.

En el debe de la obra un par de reproches que desmerecen, aunque sólo un poco, el resultado en su conjunto. Algunas situaciones violentas-más muertes que nunca en esta novela-son demasiado rocambolescas por lo que tienen de casuales y retorcidas; y lo más chocante, existe una crítica política con innecesaria moralina que sirve para ocultar aquello que el autor no osa decir por un exceso de pudor, tal vez la edad: que Barcelona es una urbe decadente por muchas más razones que las provocadas por un capitalismo salvaje. Y eso lo sabe el lector, pero sobre todo el bueno de Méndez, perro viejo.

domingo, 17 de marzo de 2013

Compartir la cultura


Asisto a una cena que sirve de homenaje a un escritor de postín: un tipo culto, afable y también, según me apunta con  razón el amigo Tolerancio allí presente, un poco bizcochable en aquellas cuestiones donde el respetable esperaba que se mojase un poco; un hombre, en fin, dispuesto a responder, entre bocado y bocado, a todas las preguntas que se le formulen en una tertulia/ágape que se prolonga hasta altas horas. Principia el escritor con una declaración de filantropía y afirma que una de las cosas más hermosas de la cultura es poder compartirla con tus semejantes; más tarde, surge como algo fatídico y previsible el tema de la piratería, lo que encrespa a nuestro hombre hasta el límite de afirmar que esto ocurre en España porque es país quebrado, poco serio, lamentable: maricón le faltó añadir, pero no lo hizo por ese pudor al que por desgracia termina abonándose la élite. ¿Pero no habíamos quedado en que lo hermoso era compartir?

La cena, por treinta pavos, podemos decir que bien, mas por desgracia ya no la puedo compartir con ustedes.

jueves, 14 de marzo de 2013

Trapacerías legales


Ortega Cano, único diestro al que han indultado un toro en Las Ventas, afirma en su juicio que no conducía de manera temeraria cuando se llevó por delante a un pobre hombre que por allí pasaba, amén de que no probó el alcohol el día-perdón por el chiste fácil-de autos. Sólo le faltó añadir que en un momento dado su coche fue embestido por detrás por otro vehículo conducido por extraños agentes secretos, de ahí que invadiese el carril contrario y provocase la muerte de un inocente y anónimo conductor. Ay, si Stephen King viviese en España...

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Hacienda embarga sedes de Izquierda Unida por una deuda multimillonaria con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. Tras el trámite formal de un papelito que se inscribe en el Registro de la Propiedad, queda la ejecución material de ese embargo, un lance que tendría un buen remate, por aquello de que no hay ética sin estética, si apareciese un Montoro más chulesco de lo habitual a pie de sedes blasfemando un sonoro exprópiese, exprópiese. 

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Gómez Bermúdez toma el relevo de Garzón en el estrellato judicial y se lanza a rematar en plancha un centro medido desde la izquierda en lo que tiene toda la pinta de ser una causa general contra Mariano y sus gentes. De Bermúdez, como de Bárcenas, decían que era del Partido Popular, formación que lo aupó a una buena posición en la judicatura con la finalidad de que echase abajo la versión oficial del 11-M. Aquello no salió bien y ahora viene el ropón estrella a intentar poner a más de uno caminito de Jerez. Otro éxito, Mariano.

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La Audiencia de Barcelona deniega la suspensión de la pena a Pallerols y compañía en lo que no deja de ser una de sus atribuciones más sagradas: los jueces o tribunales podrán dejar en suspenso...Tertulianos y columnistas varios ponen el grito en el cielo por lo que consideran una intromisión ilegítima de los ropones en la política: ese coto privado es para nosotros, vienen a decir mientras recopilan facturas y tiques de hace unos años por si viene Montoro. 

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Una corte europea de ropones decide en breve si la doctrina Parot se ajusta a Derecho o es una porquería: y luego le dicen a Mas que la soberanía nacional reside en el pueblo español. 

martes, 12 de marzo de 2013

Un Papa catalán


Por Tolerancio

Si me jugara los cuartos en una casa de apuestas con motivo del cónclave cardenalicio, me inclinaría por un Papa catalán. Ni negro, ni asiático, ni la papisa Juana, ni un Sumo Pontífice perseguido por las sospechas de la sodomía o de la pederastia. Puede que este comentario, si el sr. Reinhard tiene a bien colgarlo en su blog, llegue tarde… pues la volátil columna de la fumata blanca se enfile ya, acaso, hacia el cielo de la ciudad eterna.

Hay dos razones fundamentales. La primera porque la causa separatista en Cataluña contaría con un aliado de primer orden, nada menos que el vicario de Cristo en la Tierra, con su camauro y su muceta ceremoniales. Cierto que el Papa de Roma no dispone de divisiones acorazadas para auxiliar a Artur Mas, como en su día y por otra causa bromeara Stalin, pero no hay que subestimar a los sucesores de Pedro. Sin ir más lejos Wojtyla se las ingenió para tirar abajo el muro de Berlín, y el telón de acero, como si fuera la muralla de Jericó, pero sin soplar trompeta alguna, tan solo rezando el rosario. El Papa no tiene a sus órdenes otra fuerza de choque que la Guardia Suiza, que a mi candidato le haría servicio para custodiar no sólo los tesoros vaticanos… también las abultadas cuentas bancarias de los prohombres de la patria al fin redimida.

La independencia de Cataluña se elevaría al rango de dogma de fe, sería una verdad teológica sin efugio tras el infalible dictamen pontificio y quien la discutiera sufriría el estigma de la herejía, rivalizando con Arriano, Montano el frigio o Elipando de Toledo… sería un contradiós sin enmienda ni penitencia y correría el riesgo de recibir una excomunión fulminante y de arder para los restos en el infierno. Con la mano en actitud bendicente, como el pantocrátor de una pintura románica, el Papa catalán podría al fin decir: Mi reino, mi Estado… sí es de este mundo.

La segunda es evidente. Según las profecías de Malaquías éste será el último Papa y deberá cumplir una muy delicada misión: la de edecán o ayuda de cámara del Maligno. Le tocará la ingrata papeleta de ejercer la mayordomía satánica que nos conducirá al fin de los tiempos. Y lo cierto es que mi paisano, el cardenal arzobispo Martínez (Sistach), elector y elegible, parte con cierta ventaja. Él ya ha transitado un trecho del camino y puede completar el itinerario más fácilmente.

En efecto, metafóricamente hablando, el cardenal Martínez ya sabe lo que es olisquear con fruición y besuquear ancilarmente el mefítico y pestilente trasero de la bestia. Conoce el paño, pues no en vano recibió hace unos años en la basílica de la Merced a los ponentes del nuevo Estatuto (Mas, Montilla, Carod Rovira y Saura… una alineación formidable) y derramó incienso sobre tan principales cabezas en lugar de aceite hirviendo. No le importó que el articulado estatutario contemplara auténticas filigranas como el aborto libre o la eutanasia para hacer las delicias de sus parroquianos (si es que alguno le queda). Pudo encerrar a esos cuatro tunantes en la cripta del templo y darles para el pelo, sometiéndolos a un castigo severo, imbuido de la memoria de Aymerich (*), el primer inquisidor conocido, también catalán, que tuvo la encomienda de combatir a los heresiarcas albigenses. Pero el pillastre purpurado optó por lamerles el culo e inhalar sus flatulencias.

Y… ¿Quién que haya huroneado con salaz apetito en el perineo de un Mas o de un Montilla habrá de arredrarse a la hora de estampar un ósculo subalterno en el bullarengue del Gran Cabrón?... ¿Alguien da más?... Martínez es el candidato.

(*) Cito de memoria al inquisidor Aymerich, pero habría que confirmar el dato, no sea que meta la pata y me condene.

domingo, 10 de marzo de 2013

No queremos que conduzcas



Hace ya un cierto tiempo, ese ente demoníaco que es la Dirección General de Tráfico lanzó una campaña  para sensibilizar al público contra los accidentes con el lema no podemos conducir por ti: pues ni falta que hace, les contestó un airado y extrañamente sensato Aznar tras cocerse de vino en La Rioja. Descubrimos ahora que el gobierno, en otro alarde de intervencionismo, prepara una nueva legislación que a tenor de su contenido bien puede lucir otro lema: no estamos dispuestos a que conduzcas.

Reducción general de la velocidad, a cambio de la limosna de permitir circular a 130 kilómetros por hora en supuestos muy concretos, más imposiciones sobre los pasajeros infantes y, lo más grave y auténtico desastre para las cadenas de la TDT y su publicidad y conductores díscolos, prohibición de los detectores de radar. Cuánta razón tenía Rajoy cuando advertía a los cuatro liberales de su partido que si buscaban un espacio propio que montasen el partido liberal. Esto es la socialdemocracia en estado puro: condiciones, restricciones y sanciones. Y así, a golpe de intervención, han saturado los juzgados de procedimientos penales y administrativos relacionados con el tráfico con una vocación ejemplarizante sólo para el ciudadano de a pie, que ahí están a su aire futbolistas de élite con sus velocidades de vértigo o políticos de últimas generaciones conduciendo en otro país con funestos resultados cuando por aquí no podían hacerlo por andar sin puntos.

Como bien decía aquel programa de televisión, qué bueno sería en ocasiones contar con una segunda oportunidad: para haber nacido en otro lugar, sin duda. 

jueves, 7 de marzo de 2013

Entiérrese


El caprichoso destino ha querido que coincidan en el tiempo-para no enredar damos por buena la fecha oficial que ofrecen las autoridades bolivarianas-la muerte de Chávez y el cese/dimisión del fiscal jefe de Catatònia. El cinéfilo Torre-Dulce le ha venido a soltar a Rodríguez Sol un por qué no te callas con forma de expediente sancionador y el ropón díscolo ha preferido presentar la dimisión al fiscal general en persona y  como buenos amigos quedar para ir a un cinefórum una tarde de éstas, espacio lúdico donde el cesante/dimisionario le podrá explicar al jefe y resto de partícipes su concepto völkisch de la legalidad.

Si bien, por mucho que se empeñen algunos tertulianos en probar lo contrario, Rodríguez Sol no tiene nada de nacionalista, es curioso cómo la casta ropona en Catatònia tiende a mimetizarse con el paisaje mediante el arte de poner una vela a Dios y otra al Diablo: recuérdese al efecto como una tal Bozal pasó, sin solución de continuidad, de jefa de la abogacía del Estado en esa región a consejera de justicia en el primer gobierno de Mas; por no hablar de un tal Gimeno Jubero, presidente del TSJC que, amparándose a partes iguales en su desconocimiento del derecho administrativo y su carácter bizcochable, viene a decir que las resoluciones judiciales contra la inmersión lingüística son mera retórica y, si acaso y apurando, recomendaciones al legislador.

Pero todo este espectáculo no es sino la demostración de que el régimen del 78, un pasteleo pactado tras la muerte de Paco por lo peor de cada casa, anda tan quebrado como el balance de las cuentas del Reino de España. Si lo único que se puede esperar de los garantes de la legalidad es verlos bajar a la arena política sin quitarse la toga de faena, lo más sensato que podemos decir de este sistema putrefacto y delictivo, parafraseando al finado Chávez con aquellas expropiaciones de facto, es algo muy sencillo aunque nada fácil de conseguir: entiérrese.  

martes, 5 de marzo de 2013

Por el artículo 8



Cada cierto tiempo, y siempre que arrecia el temporal soberanista en Catatònia, aparece un militar que manifiesta lo más obvio, que como soldado de España no permanecería impasible ante una declaración de independencia por parte de esa región. No deja de ser curioso que estas declaraciones procedan siempre desde la comodidad que proporciona el retiro más o menos bien pagado, por lo que uno presume que esos militares que adelantan la hipótesis de la evidencia, y también de la legalidad, actúan como voceros de aquellos compañeros que todavía están en activo y no desean una reprimenda que mancille una impecable hoja de servicios que se ha ido labrado a lo largo de los años en misiones siempre de paz, que aquí no hay guerra desde que Paco trajo los cuarenta años de paz, o más recientemente desde que Umbral nos dejó aquel Fulgor de África.

Resulta penoso apreciar  cómo y de qué manera, con llamativos titulares y lamentos de estúpidos tertulianos que cobran mediante vales de grandes almacenes, saltan todas las alarmas cada vez que coroneles y generales retirados advierten de aquello que está contemplado como obligación constitucional y moral para un soldado y cuya omisión por las propias Fuerzas Armadas podría conllevar oprobio, repulsa generalizada y hasta reproche penal. Mas no tema el morigerado populacho, no se caguen patas abajo los necios polemistas, que la sangre no llegará al río. En caso de secesión, o simple intentona, de una parte del territorio basta una pequeña dotación de la Guardia Civil para que todo vuelva a su lugar y se ponga otro parche en nuestra gloriosa Historia.

sábado, 2 de marzo de 2013

Una vez más, que resuelva la providencia




Por Aitor Mento

Luis Bárcenas, alias el Cabrón, con la demanda por despido improcedente que presentó anteayer contra el PP, ha conseguido dejar en evidencia al partido en tres aspectos : como mentiroso, chapucero, y más vago que un camión lleno de chaquetas de policías locales.

Mentiroso y chapucero, porque ha enmendado la plana a Mari Cospe en su lamentable discurso del pasado lunes, con eso de la "solución en diferido" a la relación de Bárcenas con la Seguridad Social. En su denuncia, el ex tesorero hace constar que le dieron de baja en la SS a fecha 31 de enero, justo cuando se empezó a destapar en los medios todo su caso, y no antes como se han empeñado en el PP en mantener, y sin escrito previo de aviso.

Y vago, porque Bárcenas, entre escapada y escapada a esquiar ha "hecho los deberes", currándoselo y pasándose tardes "de notarios", mientras en el PP se han tocado los cigotillos a cuatro manos y dejan que sea la providencia la que les ayude, como las viejas beatas. Aún hoy, a casi un mes de ese 31 de enero, todavía el PP no ha puesto la varias veces anunciada querella contra su ex tesorero, sólo lo ha hecho Mari Cospe a título personal. Por cierto, que es esta señora como mínimo la que debería de haber dimitido ya el mismo martes por todo esto. Y no con una "solución en diferido", sino en riguroso directo.